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Voto de Kick'Em Ars:
9
6,9
13.817
Animación. Infantil. Comedia
Se acerca el Concurso Anual de Verduras Gigantes y se desata una auténtica “vegetalmanía” en el pueblo donde residen Wallace y Gromit. Los dos amigos, tan emprendedores como siempre, se están haciendo de oro con su nuevo invento, el sistema “Anti-Pesto”, una forma humanitaria de controlar a los conejos que intentan invadir los preciados huertos. De pronto, todo se viene abajo cuando una enorme, misteriosa y voraz “bestia” empieza a ... [+]
22 de enero de 2007
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que une a todos los estilos de animación y que, a la vez, diferencia al cine de animación de la mayoría del cine “de carne y hueso” de hoy en día, es su mimo por la planificación de la puesta en escena. En esta película, en concreto, es asombrosa la creatividad con que se retrata a los personajes, con que se crean sus interrelaciones, la importancia que se da al menor detalle y la eficacia de su sencillez narrativa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película es una comedia con ribetes fantásticos en la que se acumulan situaciones divertidas perfectamente integradas:
- integradas en la NARRACIÓN; por ejemplo: Victor Quartermaine apunta a un conejo con su rifle y reza: “Vas a ir al cielo de los conejos”. Antes del fatal disparo, la aspiradora de Wallace, conectada al entramado de madrigueras, absorbe al roedor que vuela por el largo y estrecho túnel negro que es la conejera en la que sólo al fondo se ve una luz brillante, la luz del exterior.
- integradas en la presentación de PERSONAJES; por ejemplo: el cura del pueblo en el interior de su majestuosa iglesia sermonea unas bienaventuranzas que, al corregirse el encuadre, se descubre que no están destinadas a un grupo de feligreses, sino a las verduras de su huerto particular, con el objeto de que la gracia divina las haga enormes y el párroco gane con ellas el concurso de verduras.
- integradas en las INTERRELACIONES; por ejemplo: en el invernadero de Lady Campanula Tottington, ésta declara al enamoradizo Wallace que él, al contrario que Quartermaine, tiene la sensibilidad requerida para saber apreciar sus productos y posa sus manos sobre dos calabazas para confirmar que se refiere a sus productos agrícolas. Pero el ángulo que escoge la cámara convierte las calabazas en los senos de la señora.
Por otro lado, cuando el filme se adentra en el terreno de lo fantástico y terrorífico no se limita a formular meras referencias (que muchas hay y harán las delicias de los aficionados), sino que existe una voluntad de crear una atmósfera inquietante sin renunciar al sentido del humor: destaca la secuencia con luna llena en la que el monstruo acecha la iglesia gótica; el párroco advierte una presencia, pero los únicos indicios que se brindan al espectador son sonidos y la visión subjetiva de la bestia, que ataca al espantado cura que, cual Van Helsing “Cushingiano” (vade retro, menudo palabro) conforma una cruz cristiana con lo primero que tiene a mano, un par de pepinos. Tras saciar su apetito con una de las verduras del sacerdote, el monstruo salta por una vidriera que hace añicos y escapa a través del cementerio hasta perderse en la espesa niebla que dibuja por un segundo una gigantesca forma con grandes orejotas.
- integradas en la NARRACIÓN; por ejemplo: Victor Quartermaine apunta a un conejo con su rifle y reza: “Vas a ir al cielo de los conejos”. Antes del fatal disparo, la aspiradora de Wallace, conectada al entramado de madrigueras, absorbe al roedor que vuela por el largo y estrecho túnel negro que es la conejera en la que sólo al fondo se ve una luz brillante, la luz del exterior.
- integradas en la presentación de PERSONAJES; por ejemplo: el cura del pueblo en el interior de su majestuosa iglesia sermonea unas bienaventuranzas que, al corregirse el encuadre, se descubre que no están destinadas a un grupo de feligreses, sino a las verduras de su huerto particular, con el objeto de que la gracia divina las haga enormes y el párroco gane con ellas el concurso de verduras.
- integradas en las INTERRELACIONES; por ejemplo: en el invernadero de Lady Campanula Tottington, ésta declara al enamoradizo Wallace que él, al contrario que Quartermaine, tiene la sensibilidad requerida para saber apreciar sus productos y posa sus manos sobre dos calabazas para confirmar que se refiere a sus productos agrícolas. Pero el ángulo que escoge la cámara convierte las calabazas en los senos de la señora.
Por otro lado, cuando el filme se adentra en el terreno de lo fantástico y terrorífico no se limita a formular meras referencias (que muchas hay y harán las delicias de los aficionados), sino que existe una voluntad de crear una atmósfera inquietante sin renunciar al sentido del humor: destaca la secuencia con luna llena en la que el monstruo acecha la iglesia gótica; el párroco advierte una presencia, pero los únicos indicios que se brindan al espectador son sonidos y la visión subjetiva de la bestia, que ataca al espantado cura que, cual Van Helsing “Cushingiano” (vade retro, menudo palabro) conforma una cruz cristiana con lo primero que tiene a mano, un par de pepinos. Tras saciar su apetito con una de las verduras del sacerdote, el monstruo salta por una vidriera que hace añicos y escapa a través del cementerio hasta perderse en la espesa niebla que dibuja por un segundo una gigantesca forma con grandes orejotas.