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Voto de Kick'Em Ars:
10
Terror Melanie, una joven rica y snob de la alta sociedad de San Francisco, conoce casualmente en una pajarería al abogado Mitch Brenner. Él, que conoce por la prensa la alocada vida de Melanie, la trata con indiferencia y se va de la tienda dejándola bastante irritada. Ella, que no está acostumbrada a que la traten así, encarga unos periquitos y se presenta en la casa de la madre de Mitch, en Bodega Bay. En cuanto llega, los pájaros, ... [+]
17 de agosto de 2007
66 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
La predilección en el cine de Hitchcock por turbar al espectador alcanza en este filme su máxima cota (con permiso de Psycho). The birds juega con los códigos del cine de terror, conjuga lo fantástico con lo milagroso, y juega con el miedo del ser humano a lo irreal y a lo inexplicable: el final abierto, la irracionalidad de los ataques, las perversas imágenes de los pájaros aleteando superpuestas sobre las bonitas estampas de Bodega Bay, el montaje abstracto de algunos planos (como el de Melanie en el restaurante observando despavorida el fuego que se propaga imparable hacia el depósito de combustible)… Todo en la película constituye una transgresión de lo cotidiano, una violación del orden sobre los que hombre y mujer asientan su existencia.

Personalmente, encuentro coincidencias entre las represalias de las aves filmadas por Sir Alfred y la descripción del fin de los días en el Apocalipsis bíblico:
“Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.” (Apocalipsis, 15:1)
“Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” (Apocalipsis, 17:4)

Plagas, seres alados, mujer adornada de oro, fornicación… todo está en The birds:

En una tienda de animales domésticos de San Francisco, Melanie Daniels, vividora y hedonista, heredera de una gran fortuna, conoce a Mitch Brenner, un abogado cuya intención es comprar una pareja de agapornis, cuyo nombre en inglés es lovebirds (más explícito, imposible). Ambos entablan un juego de seducción y de dominación. Mitch consigue “enjaular” a Melanie que, desde ese encuentro, volará tras él como pájaro en celo.

En la localidad costera de Bodega Bay, Melanie entra en el mundo de Lydia, viuda y celosa madre de Mitch y de la pequeña Cathy. Lydia recibe a Melanie como un peligro para su estabilidad y seguridad, y sus miedos no son infundados. Tras...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kick'Em Ars
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