Una más de las innumerables producciones soviéticas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. Esta vez se narran las aventuras de un joven soldado que en principio pretende volver a casa unos días de permiso, pero acaba convirtiéndose en uno de esos viajes bastante más largos de lo esperado. De camino a casa, casi siempre en tren, se cruza por casualidad con una joven que le hará cambiar de planes, unas veces le pondrá en peligro y en otras se verá recompensado con su compañía y amistad.
Buena, aunque no apta para todos los públicos. No olvidemos que es un drama romántico con sobre el escenario de una guerra, y que está producido en la Unión Soviética de mediados de la década de los cincuenta, eso conlleva unas características determinadas que se deben asumir para no equivocarse y saber lo que te puedes encontrar. Si algún inconsciente espera obtener manzanas de almendros se equivoca, está sobre aviso.
Entretenida, correcta en lo fundamental. Interpretaciones, guión, escenarios, música, es un film soviético en todos los aspectos, como cualquier otro de esta época. Ahí puede radicar el problema, demasiada convencionalismo. A algunos les puede parecer que no aporta absolutamente nada destacable, que reúne los tópicos habituales para contar una historia dulce pero también convencional. Y si comparamos esta película con verdaderas obras maestras las diferencias se harán más patentes, pero no todo en el cine son números y presupuestos, también se debe valorar lo que una película transmite, y ésta logra transmitir de manera magistral (como pocas) la relación entre el protagonista, el soldado, y la joven. Muy bien tratada, sin duda, lo mejor de la película.
En fin, por un lado la historia bonita, la estupenda recreación de la amistad entre los dos protagonistas, y por otro lado, ese convencionalismo y ese ritmo lento que a muchos no les convence.