Esta adaptación del manga parte con la ventaja de que está diseñada para poder gustar tanto a los seguidores de la saga como a los que no conocen la serie ni son fanáticos del baloncesto. Dicho esto, como en todo proyecto, se pueden encontrar ciertos inconvenientes que, en The first slam dunk, son notables en la primera parte.

El film pivota sobre un partido de básquet a la vez que se va sumergiendo en la vida personal de sus protagonistas. Sin embargo, los retrocesos en el tiempo, a veces resultan confusos y hasta la mitad de la película uno puede tardar en hacerse un esquema general de la situación. Además, el lenguaje y el trato vulgar entre ellos también pueden resultar desalentadores.

No obstante, el último tercio es una explosión que culmina en una merecida conclusión –seguramente previsible, pero no por ello falta de emoción–. Tanto los juegos entre el blanco y negro y el color como los contrastes entre los sonidos, las palabras y los silencios intensifican la tensión en este tramo final y atrapan al espectador. Así, este viaje en busca de uno mismo –donde destaca la superación personal y la lucha por alcanzar los sueños– se cierra dejando un buen sabor de boca.

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