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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de urbana:
9
Drama Tras cumplir una condena de 18 meses por haber intentado pasar 50 kg de cannabis, Alain sale de la cárcel y se va a vivir con su madre, una mujer humilde, pero que desde hace tiempo es incapaz de ser cariñosa con él. Lo que ocurre es que está en la fase terminal de un cáncer y desea acabar su vida dignamente en Suiza, donde una asociación estaría siempre a su lado. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas me han resultado tan emocionalmente demoledoras como ésta. Estamos sin dudas frente a una preciosura del cine que cada tanto tenemos la satisfacción de encontrar, y que nos regala un sincero ejercicio de reflexión sobre la condición a la que pertenecemos: la nada fácil condición humana.

Es que el retrato de sus personajes y la descripción de su más íntima realidad afectiva, en un estilo austero, áspero, con actuaciones soberbias de sus dos protagonistas y el notable acompañamiento de los secundarios, quita el aliento y deja sin palabras. Y nos deja en un estado de desconcierto, sin respuestas, obligándonos a procesar todo aquello que vimos, a dilucidarlo, a intentar reconstruirlo, para otorgarle un sentido personal.

El filme nos presenta a Alain, un hombre de unos cuarenta y largos, ex presidiario por un delito menor por el que estuvo 18 meses preso y que intenta readaptarse a su libertad; y a Yvette, su madura madre, viuda, una mujer estructurada, distante, hacendosa ama de casa, obsesiva del orden y de la limpieza, que padece una enfermedad por la que sigue un tratamiento.

Mucho más allá de la descripción de la difícil realidad en la que cada personaje se encuentra envuelto, late en la película un drama mucho más profundo, que es la incomunicación opresiva entre ellos y la grieta afectiva que los atraviesa. Alain, frustrado y desmotivado, no encuentra en su madre el refugio de afecto y comprensión que necesitaría (probablemente no lo ha encontrado nunca), e Yvette, quien, adivinamos, no ha tenido una vida fácil, atraviesa en helada soledad el drama de su enfermedad y se aferra a sus manías y hábitos como a una tabla de salvación.

Encontramos sin embargo dos personajes que le aportan luz y respiro a la película: el hermoso personaje del vecino, hombre noble y generoso, que en la sabiduría de su madurez intenta tender un puente entre madre e hijo, a quienes aprecia; y Clementine, la bella y sencilla mujer que Alain conoce ocasionalmente, pero a la que no está preparado para entregarse.

Incomunicaciones afectivas que representan barreras infranqueables entre personajes que sufren en soledad y que parecen arrastrados por una corriente más fuerte que su propia voluntad. Acaso la verdadera y única redención esté en la capacidad de poder expresar y sincerar los sentimientos de manera genuina. Tarea nada sencilla cuando aquello que se siente es tan profundamente complejo, y cuando se vuelve tan difícil encontrar las palabras.

Magistral película, capaz de plasmar estas cuestiones con enorme sutileza y maestría. Una pequeña maravilla. Cine altamente satisfactorio.
urbana
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