La primera vez que vi el título de esta película lo que se me pasó por la cabeza fue: "¿pero qué narices es esto?" En ningún momento se me ocurrió verla ya que sin saber de que iba, no me atraía nada.
Con el tiempo, varias personas me comentaron que la habían visto y que se habían divertido. Que se trataba de una comedia romántica divertida con un transfondo político.
Al final, el otro día decidí verla. Más porque actúa Ewan McGregor y Emily Blunt, que por otra cosa. Me encontré con una comedia divertida con toques dramáticos. Una historia de amor con asuntos políticos y de estado.
Lasse Hallström dirige este film de modo agradable. No se hace pesado y entretiene, ya que cuenta con momentos divertidos, a la par de otro que resultan dramáticos.
Es cierto, que en mi opinión se le podría haber sacado un poco de más partido, ya que existen momentos que se quedan un poco fríos o cortos de intensidad. Pero a grandes rasgos, la comedia cumple y entretiente.
Con respecto a los actores, he de decir que ambos estás fantásticos. Los dos protagonistas vuelven a demostrar su enorme talento y nos regalan a dos personajes llenos de inseguridades y miedos, que intentan encontrar su sitio en el mundo nadando contracorriente al igual que un salmón. Junto a ellos; Kristin Scott Thomas que está fantástica.
En fin, comedia entretenida que cuenta una historia que en cierto modo puede que no se encuentre tan alejada de la realidad. El poder del dinero es muy grande y mueve montañas. En este caso es un jeque millonario que se ha obsesionado con una afición, y cualquier país es capaz de mover cielo y tierra con tal de conseguir sus millones y los futuros beneficios que pueda sacar del trabajo.