Michel Pfeiffer produce y coprotagoniza junto a George Clooney una de las comedias románticas más divertidas de los años 90.
La he visto en varias ocasiones y todavía hoy me sigo riendo por la química que desprenden sus dos protagonistas, y como intentan sobrevivir a un día en Nueva York junto con sus hijos.
Las situaciones que viven son muy divertidas y realmente uno se sorprende al ver la cantidad de cosas que se pueden hacer en 24 horas y, como exprimen cada segundo del día para sacar un beneficio tanto laboral como sentimental.
Los protagonistas son dos personas absorvidas por su trabajo, con un enorme corazón hacia sus hijos, y con un gran anhelo de que alguien pueda entrar otra vez en su vida. Este anhelo es solo interior, ya que exteriormente son personas que presumen de ser totalmente independientes y no necesitar a nadie del sexo opuesto para compartir su vida. Lógicamente sus ideas irán cambiando mientras avanza el día y gracias al intentar cuidar de sus hijos mientras se los van turnando.
El guión está lleno de situaciones y frases cómicas, llevadas a buen puerto debido al trabajo de sus protagonistas. Ambos actores vuelve a ofrecernos su talento actoral y nos demuestran que se mueven como pez en el agua en la comedia.
En fin, película divertida con la que uno reirá y se enternecerá desde el pricipio, a la par que se disfruta de la impresionante ciudad de Nueva York y de su vida.