No tengo mucho que decir de esta tercera parte, en la que ni siquiera participan los protagonistas de las dos anteriores.
La historia sigue centrándose en las carreras ilegales de coches tuneados, pero esta vez se transladan a Tokyo. Allí el protagonista tendrá que adaptarse a la vida tan diferente que se vive en esta caótica ciudad, a la vez que intenta mantener su honor como americano y hombre duro que conduce mejor que los japoneses.
La historia es igual de simple que la de sus predecesoras, salvo que en esta ocasión sale el poder americano de un joven que en apenas unos días aprenderá a conducir con estilo japonés, y por supuesto lo hará muchísimo mejor que todos lo que llevan haciéndolo allí en grandes carreras.
No se puede decir mucho de este film salvo que es prácticamente igual que las dos entregas anteriores, salvo que se empeora un poco más. Si tuviera que destacar algo sería la curiosidad de la forma de conducir, sobre todo en la carrera del parking.
Nuevamente vemos coches tuneados (me imagino que para los entendidos serán mágnificos) y chicas bastante exuberantes que harán las delicias de cualquier machito que disfrute con este tipo de cine.
En fin, sin lugar a dudas nos encontramos ante una tercera parte que será del deleite de cualquiera que haya disfrutado con las dos anteriores. Para los que no les haya entusiasmado nada la primera y segunda parte, esta no será una excepción. Película que repite la misma historia, con unas interpertaciones bastante malas, y con un profundo mensaje de macho americano que es capaz de derrocar a cualquier oriental que se ponga en su camino. ¡Es lo más!