Forest Whitaker se pone tras las cámaras para dirigir una película romántica, con aires de sesión de tarde.
Sandra Bullock; que aparte de producirla; protagoniza una historia en la que en ciertos momentos resulta bastante monótona, en algunos otros el clímax creado resulta bastante bueno, y capta sin ningún esfuerzo la atención del espectador.
No obstante, la película sigue siendo en cierto modo más de lo mismo. No sorprende en nada, y nos encontramos ante el mismo drama romántico, con historia bastante predecible y que intenta conseguir la lágrima fácil.
Solamente tiene ciertos momentos bastante interesantes, los cuales están protagonizados por la niña; una chiquilla que realiza para mí la mejor interpretación de toda la película. Ella es la encargada de que la tensión emocional y el cariño aparezca en uno mientras ve la película. Para mí es lo mejor sin lugar a dudas.
Con respecto a lo demás, la verdad es que no hay nada muy destacable. Toda la película se mantiene en una línea monocorde de simpleza.
En fin, una historia que no llama la atención, con actuaciones que no sobresalen salvo la actriz que hace de hija de Sandra Bullock. Sin lugar a dudas es lo mejor de esta película, ya que realiza las escenas que realmente quedan retenidas en la retina.