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Voto de albertoalbertus:
7
6,4
3.085
18 de enero de 2019
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien se haya interesado en encontrar una explicación acerca de las causas o una exposición de las consecuencias del Brexit puede dejar de mirar la pantalla en el mismo momento en el que aparecen los créditos anunciando que el relato está basado en entrevistas personales. El cineasta Toby Haynes sigue en esta película los pasos de Dominic Cummings, jefe de desarrollo de la campaña a favor de la salida de Reino Unido de la UE (Vote Leave) durante las semanas anteriores al referéndum. Con un ritmo ágil, casi de thriller, se esfuerza por equilibrar la figura de un genio atormentado con las argucias ilegales en las que incurrió recurriendo a datos obtenidos de campañas masivas realizadas en redes sociales.
El actor Beneditct Cumberbatch se mete en la piel de Cummings, un personaje peculiar y un excéntrico con aire de gurú. La reflexión, si la quieren, es que la política funciona como un mercado y las grandes apelaciones emocionales se concentran en elecciones. También que todo ese mundo de jefes de campaña y asesores políticos no es más que una maquinaria vender humo. La acertada elección de Cummings como protagonista sirve en realidad para alertar de las fallas de la democracia representativa, sobre todo en tiempos de redes sociales y publicidad personalizada. Como curiosidad, la revista a The Economist predijo la relevancia del personaje en 2016, antes del referéndum. "Con él al mando, la campaña a favor de la salida será diferente a todo lo que la política británica haya visto antes", decía el reportero antes de poner negro sobre blanco el cuestionario a Cummings.
En las elecciones ganó el 'sí'. Ya lo saben. También la campaña del 'Vote leave' fue condenada a pagar 70.000 euros por violar la ley electoral al superar el nivel de gasto permitido en el plebiscito. Cummings tuvo que sentarse en el banquillo por otro asunto. ¿Hay marcha atrás en democracia?
El actor Beneditct Cumberbatch se mete en la piel de Cummings, un personaje peculiar y un excéntrico con aire de gurú. La reflexión, si la quieren, es que la política funciona como un mercado y las grandes apelaciones emocionales se concentran en elecciones. También que todo ese mundo de jefes de campaña y asesores políticos no es más que una maquinaria vender humo. La acertada elección de Cummings como protagonista sirve en realidad para alertar de las fallas de la democracia representativa, sobre todo en tiempos de redes sociales y publicidad personalizada. Como curiosidad, la revista a The Economist predijo la relevancia del personaje en 2016, antes del referéndum. "Con él al mando, la campaña a favor de la salida será diferente a todo lo que la política británica haya visto antes", decía el reportero antes de poner negro sobre blanco el cuestionario a Cummings.
En las elecciones ganó el 'sí'. Ya lo saben. También la campaña del 'Vote leave' fue condenada a pagar 70.000 euros por violar la ley electoral al superar el nivel de gasto permitido en el plebiscito. Cummings tuvo que sentarse en el banquillo por otro asunto. ¿Hay marcha atrás en democracia?