Casi al mismo tiempo que "Jack Ketchum's the girl next door" se realizó esta "An American Crime", díptico de la tortura del que desconozco si cuentan realmente distintas versiones de la misma historia verídica en la que se basan. Aquella se situaba en los 50, ésta en los 60, por lo demás demasiados paralelismos como para no quedarse con la mosca detrás de la oreja. Sea como fuere ambas tienen cuando menos algo que las salva directamente a mi parecer, la capacidad de mostrarnos (alguno dirá y con cierta razón que no hace falta ser tan explícito) la violencia como algo detestable, injustificable y su fría naturaleza humana. Lo que se expone en ambas es cómo dentro de personas en apariencia normales, principalmente niños en este caso, hay una maldad intrínseca que se desata en ocasiones como fuerza de locura irrefrenable, una atracción desconocida por la agresión. Es, en este terreno, desoladora, tanto el film de Gregory Wilson como éste de Tommy O'Haver que dicho sea de paso, da un vuelco a su carrera con un giro de 180º en relación a las temáticas de sus films anteriores.
Pero, más allá de su impacto evidente "An American Crime" cae en ciertas recreaciones innecesarias, algún efecto sorpresa discutible y aún siendo más ligera que "The girl next door" no consigue imprimir buen cine más lejos de su puñetazo emocional lógico de antemano, por otra parte.