Si algo no se le puede negar a "Mi super ex-novia" es la originalidad de su historia, en tiempos de comedias (y de casi todo en general) del remake, secuela, precuela y copias sin otro nombre de films ya hechos o variaciones insulsas, Reitman nos regala algo fresco, que no es poco. Y además es un film que no teme caer en el ridiculo (salvo en ese olvidable peaje final casi lo consigue del todo) planteando una historia de realidad trastocada. Se nos presenta una sociedad normal que convive como si tal cosa con las apariciones de una super-héroe de vez en cuando para arreglar ciertos desajustes y no se nos trata de convencer con argumentos estupidos, es lo que es, y así da gusto aceptarlo. Por eso la mayor parte del tiempo es una comedia agradable (no de las de carcajada sino de las de sonrisa en la boca) con sus limitaciones y sus vueltas de tuerca.