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España España · Sevilla
Voto de Dirover:
5
Ciencia ficción. Fantástico El científico Eddie Jessup (William Hurt) cree que hay otros estados de conciencia que son tan reales como la vida cotidiana. Utilizando la privación sensorial y añadiendo medicamentos potentes y alucinógenos, investiga estos estados alterados y soporta experiencias que hacen que la locura parezca una bendición. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2017
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque en comparación con muchas otras de sus obras, 'Altered States' responda a una vertiente mucho más comercial (su elevado presupuesto fue digno de un gran blockbuster de la época), Ken Russell sigue empeñado en consagrarse como un cineasta absolutamente inclasificable con trabajos que difícilmente dejan indiferente. En este caso, es una pena que un guion con un material tan interesante acabe siendo presa de un tratamiento algo endeble y por momentos, tópico, dando una sensación final de no haber explorado con total éxito sus múltiples posibilidades.

El principal problema que juega en contra de 'Altered States' es su indefinición en cuanto al terreno donde prefiere moverse. Sin alejarse de su carácter de la clásica pesadilla fantástica tan en boga a finales de los 70's y 80's (seguro que Cronenberg debió flipar con las transformaciones genéticas y los "juegos" que pergeñan aquí con la propia simbiosis del cuerpo humano), dedica un tiempo excesivo a plasmar esa cuasi tormentosa relación amorosa entre los dos protagonistas sin mucho éxito, ya que la sensación al final del film es que esta queda un tanto desdibujada y careciendo de una sola escena con garra (ella le quiere mucho, él prefiere drogarse y resetear su propio ADN, toda una tragedia matrimonial). Sin duda es en la vertiente fantaterror científica de los primeros 70 minutos cuando la película alcanza algunos de sus mejores momentos, redondeado con algunos momentos realmente inquietantes bien aderezados con unos efectos de sonido espectaculares. Una pena que remate la faena con un final indigno y sin sentido, atropellado y sumamente cursi que no hace justicia a lo visto anteriormente, y que seguramente haya sido fruto de una producción sumamente complicada como parche y solución de emergencia para finiquitar el desaguisado.

El mayor mérito de Ken Russell es codearse con el ridículo en más de una ocasión y lograr salir casi indemne de ello (los primeros planos del "humanoide" causa más risa que espanto), otorgando al film una dirección más que correcta a la que impregna de su sello personal, visible sobre todo en las espeluznantes visiones del protagonista. A pesar de estar mucho más atado en corto aquí que en algunos de sus anteriores trabajos, Russell consigue dejar aquí parte de su huella psicodélica y alucinada, que combina bastante bien con el carácter del film. Su mayor fortuna es contar con un actor de la talla de William Hurt, capaz de hacer creíble sin aspavientos ni excentricidades a un personaje sumamente complicado, secundado correctamente por unos buenos secundarios.

A pesar de que se olvida casi tan fácilmente como se consume, queda aquí pues una muestra más de un cineasta tan particular como tarado y que a ratos puede llegar a resultar bastante entretenida. Toda una rareza tan bien rodada como a ratos bizarra, cercana a un pastiche de numerosos elementos del ideario de un Cronenberg drogado con ciertas pretensiones bergmanianas que quedan muy en la superficie. Aunque la experiencia resulte un tanto fallida, como curiosidad no es una opción nada desdeñable.

·LO MEJOR: Algunos momentos realmente inquietantes. William Hurt.

·LO PEOR: Un final excesivamente cursi y atropellado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dirover
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