El Pichi madrileño "es el chulo que castiga" en el famoso chotis que interpreta Concha, una vedete que para ocultar su profesión debe escenificar en un antiguo cabaret un colegio de "señoritas" bautizado "Las Leandras" en honor a su novio Leandro.
Y a otro colegio de señoritas asiste Gigi (Caron), una atractiva joven que, además, todos los martes recibe clases de cortesía y de "cortesanía" para prepararla bien en la caza de un buen partido.
Y el mejor de todos es su medio primo Gastón (Jourdan). Otro Pichi mundano pero en fino y en rico. Pero que se aburre, que le aburre mortalmente la castigadora superficialidad de sus relaciones, "Creo que se ha suicidado tu última conquista ... otra vez. -Se ha envenenado ... pero poquito". Se ve pronto como su viejo tío Honoré (Chevalier), cantarín y ligoncete a sus años, pero solo como la una.
Porque Gastón donde de verdad disfruta es jugando a las cartas, chismorreando, haciendo trampas o inocentes travesuras con la pequeña Gigi. ¿Pequeña ...?
Comedia romántica con una excelente banda sonora si quitamos las canciones que nos endilgan los actores. No es para nosotros un musical al uso.
Un buen guion basado en la novela corta del mismo título de Colette (1944), da paso a una cinta exuberante de imágenes, colores, vestidos, lujo y ambientación del París de 1900.
Bien retratado el trío protagonista, buenas interpretaciones. El director y Colette se mueven entre las escenas amables y la fina crítica a una forma (mala) de educar a la mujer.
Fuera del estorbo que suponen tantas canciones, una buena película.