“Vaya resaca” es una comedia hecha, por y para, el lucimiento cómico de Elizabeth Banks. Cosa que, por otra parte, tampoco me parece un objetivo menor ya que siempre he visto a Banks como una actriz un pelín infravalorada, incluso dentro de la comedia. Aunque, hay algo que he de admitir, me pase toda la proyección de la película con un nombre acudiendo insistentemente a mi cabeza, el de Paul Feigg. ¿Se imaginan adonde podría haber llegado “Vaya resaca” si a los mandos hubiera estado un realizador como Feigg?... Si por algo destaca este es por manejar como nadie la comedia gamberra protagonizada por mujeres, dos de los ingredientes de los que pretende hacer gala “Vaya resaca”. Pero a la hora de la verdad Steven Brill, el director, no aprovecha en ningún momento esos dos ingredientes, los usa pero sin encontrar nunca el punto correcto al que habría que haberlos cocido. Así que al final “Vaya resaca” termina resultando una comedia a medio cocinar.
Otro inconveniente de “Vaya resaca”, y que bien pensado seguramente venga derivado de que la cinta sea un vehículo para el lucimiento de Elizabeth Banks, es el flojo aprovechamiento de los secundarios. El film está poblado de inmensidad de personajes de esos que aparecen en un par de escenas y desaparecen, así que imagínense si los jefes de casting hubiesen escogido a actores más reconocibles o con más carisma, la película habría resultado más estimulante. Tampoco les pido superestrellas, pero si un poco más de tino, más si cabe teniendo en cuenta el peso especifico de los secundarios en la trama.
Yo, solamente con los dos cambios que antes he citado, ya le habría dado el aprobado raspado a “Vaya resaca”. Y digo aprovado raspado porque el film goza de otras flaquezas que se notan menos, pero que si te fijas atentamente las cazas. Para empezar, la cinta es una comedia que no termina de funcionar como comedia, yo la vi agradablemente y con media sonrisa, pero a un film de este tipo se le pide mucho más que generar media sonrisa. Las situaciones comicas están bien buscadas, pero su desarrollo deja mucho que desear. Luego la cinta tiene un primer acto casi como cogido con pinzas, le cuesta enganchar al espectador; después, una vez dado por iniciado el segundo acto, la historia entra mejor y crece el interés.
Aunque, sin lugar a dudas, lo que más me ha sorprendido de “Vaya resaca” es ese mensaje subliminal que acompaña al personaje de Elizabeth Banks durante todo su periplo por las calles de Los Ángeles, ese que reza que: “si eres mujer y vas vestida de forma atrevida, o con ropa ceñida y tacones, podrás ser considerada una prostituta mas”. En el fondo es un doloroso estereotipo que se ha marcado a fuego en nuestra sociedad, y del que la película se ríe de forma aceptable y sana.
En definitiva, “Vaya resaca” es una floja comedia que con determinados cambios habría podido resultar un producto de mejor uso y disfrute. Hay puntos fuertes, pero desgraciadamente ocultos bajo una montaña de innumerables puntos débiles.