Sobre la película de Sean Penn debería escribir en mayúsculas porque me parece fascinante como logra (en toda su filmografía) hacer visibles esas delgadas líneas aparentemente invisibles, con él todo es un despertar, cualquier emoción, cualquier sensación, no en la euforia ni en la quietud, no en los opuestos sino en el limbo, en el medio, en el centro de dos fuerzas contrapuestas, el lo logra, lo realza y lo expone y como espectadora sé que voy a estar en esa exaltación de los sentidos que se escapan a lo conocido y me dejan en un estado de imposible descripción, como esos famosos gramos que pierde el cuerpo al dejar de latir, pero no entro en tecnicismos ni en reparto que por cierto es muy acertado, ni en la calidad del film, nada, sólo me interesa como me transforma y me alimenta.
Respecto al verdadero protagonista Chris etc... no me creo ni uno solo de sus pasos aventureros por la vasta América del norte pero sí creo en la gente que debió encontrar y como la presencia intangible e inaccesible de este chico debió transformar sus vidas y hacerles vulnerables ante su gran hedonismo, se lo creyeron ellos, lo siento por ellos, los respeto a ellos por ser tan libres y auténticos y no huir de las cárceles ajenas.