Es probable que The Croods paguen los platos rotos de algo que se lleva gestando dentro de mí mucho tiempo. Todas las peliculas de animación, o por lo menos, todas aquellas que nadan en unas mismas aguas de "relleno", son exactamente iguales. Uno no espera que el protagonista vaya a morir o algo así, pero espera una chispa de ingenio, y no una misma estructura que se repite película tras película.

Hay algunas que se salvan (hablo, repito, dentro de estas películas de animación de un "segundo nivel", imagino que ya sabéis por donde voy), pero la mayoría son demasiado predecibles, y en algunos casos, como The Croods, todo demasiado aburrido. Este sentimiento me llegó también con Hotel Transylvania, aunque su ambientación me gustaba más que la de The Croods por lo que no fue tan acentuado. Aquí definitivamente resoplé. Ya está bien de que nos dejemos llevar por una buena animación y unos bonitos mensajes, porque lo único que hacemos intentando darle a la animación lo que realmente merece es inflar un montón de películas que realmente no merecen tanto la pena.

Estaría bien, si no fuera porque hay un millón más, y todas ellas mejores.