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Voto de Marc Fernández:
8
Drama. Comedia A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
25 de septiembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oh, venga ya. No me podéis decir que Spike Lee mete con calzador un mensaje anti-racismo en una película que literalmente es reírse de los racistas del Ku Klux Klan. Que Trump no haya decidido hacer una guerra de supremacía blanca (aun) no quiere decir que el tío tenga carta libre para hacer lo que quiera con la comunidad negra. Y Spike Lee es un grito muy necesario para darle voz a los afroamericanos.

En los 70, el detective afroamericano Ron Stallworth (John David Washington) consigue a través de una llamada telefónica la posibilidad de ingresar al Ku Klux Klan. Por cuestiones étnicas obvias, Stallworth se ve obligado a mandar a su compañero, el judío Philip "Flip" Zimmerman (Adam Driver) como agente encubierto para descubrir lo que puede estar tramando esa pequeña célula de los encapuchados de blanco.

Creo que esta película es mejor dividirla entre lo que trata su trama y lo que pretende. Su trama está bien, es una comedia muy entretenida con Adam Driver y John David Washington en los papeles protagonistas que hacen un buen trabajo. Tiene buenso chascarrillos y la verdad que se hace bastante entretenida de ver, pero tampoco es una grandísima comedia.

Oh, venga ya. No me podéis decir que Spike Lee mete con calzador un mensaje anti-racismo en una película que literalmente es reírse de los racistas del Ku Klux Klan. Que Trump no haya decidido hacer una guerra de supremacía blanca (aun) no quiere decir que el tío tenga carta libre para hacer lo que quiera con la comunidad negra. Y Spike Lee es un grito muy necesario para darle voz a los afroamericanos.

En los 70, el detective afroamericano Ron Stallworth (John David Washington) consigue a través de una llamada telefónica la posibilidad de ingresar al Ku Klux Klan. Por cuestiones étnicas obvias, Stallworth se ve obligado a mandar a su compañero, el judío Philip "Flip" Zimmerman (Adam Driver) como agente encubierto para descubrir lo que puede estar tramando esa pequeña célula de los encapuchados de blanco.

Creo que esta película es mejor dividirla entre lo que trata su trama y lo que pretende. Su trama está bien, es una comedia muy entretenida con Adam Driver y John David Washington en los papeles protagonistas que hacen un buen trabajo. Tiene buenos chascarrillos y la verdad que se hace bastante entretenida de ver. No es una grandísima comedia que vaya a recordarse como mejor de la historia, pero desde luego pasas un buen rato y te ríes con ella.

Sin embargo, esta película para mí tiene mucha fuerza ideológica. En la industria del videojuego (y en ocasiones en la del cine) se echa mucho en cara que un director no se moje de verdad y decida dar un paso adelante por los ideales que defiende. Spike Lee no es de esos tíos, porque lo único que le ha faltado a la película para ir más cargada es que saliese él quemando una bandera estadounidense. Por la valentía y por la manera en la que lanza su mensaje toda la película y ese final que a mí me puso los pelos de punta es lo que hace que pase de una película buena a una notable.

Spike Lee hace una buena comedia que a nivel argumental es entretenida sin ser una obra maestra. Pero Lee no ha desaprovechado la oportunidad y ha cargado de un mensaje antirracismo su película de una manera muy acertada, con una manera de presentarla y una valentía que hace que solo puedas admirar la labor del director afroamericano. Sigue así Spike.
Marc Fernández
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