Curiosa producción que sinceramente nunca aburre por muchas veces que se vea. La película sale victoriosa en su peculiar apuesta de juntar personajes de carne y hueso con otros de animación. El tema central de la narración es el deporte, concretamente el baloncesto. A lo largo del filme vemos a varias estrellas de la NBA (Michael Jordan, Shawn Bradley, Patrick Ewing, Larry Johnson, Charles Barkley, Muggsy Bogues y Larry Bird) y a Bill Murray. Aparte, tenemos a Wayne Knight (Jurassic Park) en un papel relativamente hecho a su medida. No obstante, lo mejor por supuesto es la presencia de los Looney Tunes, los dibujos animados más icónicos de la compañía de Warner Bros. Sobre ellos cae todo el peso cómico de la historia, y afortunadamente responden con contundencia y a su particular estilo, como no podía ser de otro modo. Memorables gags y un partido que es toda una final para Bugs Bunny y compañía. También se pueden destacar las canciones que suenan durante el metraje, las cuales son muy acertadas y/o pegadizas. No todo es positivo, pues hay ciertas cosillas que sobran como la subtrama de los jugadores afectados y alguna que otra escena por ser absurda. Aun así, se trata de un entretenido producto que después de 25 años conserva su encanto y divertimento intactos.