De las películas de Cronenberg, y sobre todo de las de su primera etapa, "La zona muerta" es la más convencional, menos estrafalaria y más "normal" de sus obras. Fuese por decisión propia, por exigencias de la productora, o porque el tono del relato original de Stephen King así lo aconsejaba, por las tres, o por ninguna, el hecho es que el director canadiense se tomó un descanso de sus barrocas fantasías de la "nueva carne" para contar de forma sobria y sin experimentos la historia de un hombre que queda en coma tras un accidente y despierta con unos poderes paranormales que son más una maldición que un don...

La narración es clásica y lineal, la intriga se mantiene de forma correcta, los giros del guión son lógicos aunque guardan alguna que otra sorpresa, las interpretaciones son correctas, y la temática de los poderes paranormales y similares está tratada sin histerismos ni patochadas. A lo mejor esto último no parece una virtud tan importante, pero revisando esta película en esta época actual de expedientes Warren y similares, creedme que sí que lo es...