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España España · Madrid
Voto de Argay:
8
Bélico. Drama Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2016
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Mel Gibson haya permanecido 10 años sin dirigir una película es algo que no debería volver a ocurrir por el bien del cine, pero quizás (tristemente) sea el precio que tienen que pagar quienes han decidido tomar el riesgo como ética propia.

Su cine es cualquier cosa menos sutil, una palabra que siempre he procurado mantener cerca a la hora de relacionarme con el séptimo arte, pero no en el caso de este maravilloso director, que en cada película nos descubre otra forma distinta de mirar a través de la cámara. Una forma incontestablemente descarada, pero cuyo descaro se convierte precisamente en la pieza fundamental que convierte a sus películas en auténticas experiencias cinematográficas.

Porque Gibson levanta cada película, cada imagen, cada línea de diálogo, desde la fe inquebrantable del que tiene absolutamente claro lo que quiere contar, con la certeza del que sabe lo que quiere transmitir y con la valentía del que intuye que muchos lo estarán esperando fuera, pero que eso no le va a impedir contar su historia tal y como quiere hacerlo. A él no.

En un mundo donde la mayoría de directores se limitan a cumplir el trámite o a ser el clon de cualquier otro director que haya logrado anteriormente un éxito, él siempre nada a contracorriente.

Su cine es como el de Eastwood: nace desde las tripas, desde la mayor de las convicciones y sin mostrar un solo atisbo de duda sobre lo que pretende transmitir.

Si a eso le juntamos un gran nivel actoral en todo el reparto, tenemos sin duda una película realmente imperdible, especialmente para los ávidos del género bélico. Mención especial al trabajo de Andrew Garfield, que toma el papel protagonista. Excelente interpretación, nada sencilla, que sostiene con gran valentía durante toda la película, también nadando a contracorriente.

Desde aquí mi aplauso incondicional a Mel Gibson por no dejarse llevar por ninguna corriente externa y habernos dado películas de una altísima calidad. Y ya van cuatro...

P.D: La batalla de Okinawa se muestra con un grado de maestría y crudeza como jamás se había vuelto a ver desde "Salvar al Soldado Ryan". Lección de cine en mayúsculas.
Argay
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