No conocía esta película pero me la había recomendado algunas personas y al ver que la dirigía David Fincher no podía perdérmela así que me he dispuesto a verla pese a que no me llame la atención Michael Douglas. El caso es que a medida que avanza la película, con un ritmo trepidante y algunas persecuciones muy logradas, además de las tremendas actuaciones pues te encasilla y te impacta el personaje de Douglas, se puede decir que te metes dentro de su personaje y es como si la película jugase contigo hasta que llegue al tal clímax que no sepas hasta donde pueden llegar los acosadores de Douglas. Si es verdad que la película es tan surrealista y sin credibilidad que no se le podría considerar una obra maestra, además de muchas fantasmadas y escenas inexplicables como lo de que de repente aparezca en otro país como si nada. El caso es que la película incita a valorarla mejor debido a su impactante e imprevisible final pero a la vez absurdo y estúpido ya que por ese motivo muchas personas no están muy contentas con este juego de Fincher. La banda sonora de Howard Shore (El hobbit) acompaña muy bien a las escenas intrigantes e intensifica la tensión en el espectador además de los notables planos de David Fincher con esa atmósfera similar en Seven recreada unos años después en Zodiac.
En definitiva, una película bastante aceptable con un guión soberbio aunque no destaque por los dialogos pero si por la originalidad de la cinta de la que seguro que cintas como Saw o Total Recall (me recuerda bastante la versión de Farrell debido a que le están persiguiendo continuamente) beben de esta historia increíble, surrealista e imprevisible al final. Uno de los mejores finales que existen en el género pese a que muchas personas se les quede la cara de póker.