Vista la filmografía completa del que iba a ser director de Ant-Man pero no le dejaron actuar creativamente como siempre actúa en sus películas, he de decir que Edgar Wright es un genio tanto dirigiendo como escribiendo diálogos como componiendo humor característico y británico de su propia cosecha. He de decir que disfruté mucho de la trilogía Cornetto aunque tampoco me parecen obras cumbres del género por muy bien dirigidas y satíricas que sean. Es cierto que Baby Driver es más popular, más abierta al público genérico y comercial pero para ello Wright se ha encargado de hacerlo de manera sutil aprovechando un irrisorio presupuesto de 35 millones que luce como un blockbuster con un star system más que aceptable con personajes alocados y divertidos acompañados de situaciones exageradas y adrenalíticas cual Matthew Vaughn con un componente fundamental que suma un punto más a esta notable película que es el uso de la música como elemento imprescindible narrativo. Es lo mejor de la película sin duda alguna ya que sin aportar frescura en el género como trama y guión sí logra hacerla única y diferente en estos tiempos de poco riesgo y aquí sin duda lo logran, es honesta y sin pretender hacer sangre como sí lo hizo la trilogía Cornetto, logra una película trepidante y fabulosa en cuanto a entretenimiento sin tomarnos el pelo y con dosis de humor justas y necesarias para cada momento. Impredecible en varios compases y asombrosa en lo visual aunque en ese apartado donde mejor luce es en Scott Pilgrim la cual para mí es su mejor película que en cuanto a guión las pondría al mismo nivel. Una de las mejores películas del año sin ninguna duda y lo mejor de todo es que no pretende ni promete mucho pero lo que ofrece lo da con creces y terminarás bailando y queriendo conducir cualquier coche a la velocidad y talento con la que dirige un estupendo Ansel Elgort. Notable.