Precisamente para eso están los libros, religiones, iglesias y congregaciones, para que tú mismo decidas en que creer y eso no lo va a solucionar una película pero si que puede generarte ciertas dudas. Es una de las cosas que quizás muchos buscaban con Noé y se asustaron al ver que no era fiel al relato bíblico y lo mezclaba con la evolución, así muchas personas que creen en Dios se sintieron estafadas. Suerte que siempre que voy a ver una película en lo último que me fijo es en la fidelidad de la adaptación. En este caso El cielo es real está basada en la historia de un niño ya mayorcito actualmente evidentemente que tuvo una experiencia con Dios con 4 años. Evidentemente todo el mundo cree y se imagina que es un sueño y que es fruto de la casualidad, porque muchas personas soñamos y hasta que no pasan unos minutos no nos damos cuenta de que lo soñado no ha sido verdad pero cuando aparecen cosas tan inquietantes que ese niño no sabía y sus padres sí es algo que a mí si me hace replantearme algunas cosas, sin embargo una película no tiene que cambiar tu ideal y creencia así que juzgándola por el ámbito de entretenimiento, ocio e incluso mensaje positivista la veo bastante disfrutable y aceptable con un Greg Kinnear bastante emotivo. Un actor que siempre me ha gustado y que en esta ocasión me ha sorprendido sosteniendo la película a su merced, película que mantiene un buen ritmo e incluso emociona y transmite pese a que haya cosas poco creíbles como lo de los cinco trabajos y no esté bien económicamente aunque eso ya es cosa de la historia real.
La banda sonora también cumple bastante bien y la dirección de Wallace también resalta bastante en lo visual. No es una maravilla pero tampoco me parece ese bodrio panfletario que quieren vender los críticos ateos. Evidentemente lo malo de la cinta es que va para un público muy definido porque a los ateos no les gustará ni un pelo y si hay alguno al que le gusta que me lo diga y cambiaré rápido de opinión.