Es curioso que el título original de esta película, “Dan in Real Life”, sea traducido igual que “Life as We Know It” (2010) y que la serie “Less than Perfect”. Nada es como la vida misma y mucho menos la carrera de Steve Carell fuera de “The office” con un éxito constante en el boxoffice. ¿Es una comedia dramática? El punto de partida puede ser dramático ante un viudo con tres hijas adolescentes que da consejos sobre la vida mientras que la suya propia hace aguas…

Tiene ese halo de cine independiente en la reunión familiar, el viaje, una nueva mujer y esa catarsis emocional pero se formula sobre las pautas de una comedia de situación y, sobre todo, enredo sentimental. Tal vez la película ni divierta ni emocione y su actitud de agradar la arrastre a un lodo que endurece el corazón del espectador.

La familia es ya disfuncional y la anormalidad se ha convertido, por repetición, en absoluta normalidad. Aquí tenemos un viudo y padre de tres hijas descarriadas y que para colmo se gana la vida escribiendo una columna para asesorar familias. Con el punto de vista dramático perdido respecto a su fallecida esposa se abandonan premisas explotadas desde la estupenda “El noviazgo del padre de Eddie” de Vincente Minnelli. El sentimiento sobre el que se respalda es volver a enamorarse y tener los conflictos provocados por el amor y familia sobre una balanza.

La propuesta se queda en tierra de nadie: no es lo suficientemente indie al ser un producto demasiado calculado, ni tampoco encaja en los patrones mainstream al querer desmarcarse de los mismos. La película de Peter Hedges va directa a la lista de películas que no hacen honor a su título: “Como la vida misma” no tiene nada de como la vida misma…