"Echo" se trata de una obra apresurada que por cada potencial narrativo se escabulle entre las posibles virtudes hasta parecer el resumen de otro trabajo.
Si bien, el CGI es mejor que en otras series de Disney y Marvel y las escasas escenas de acción funcionan, Echo se siente vacía porque no logra hacer despegar a ninguno de sus personajes excepto a Kinpin con un Vincent D'Onofrio que ya posee trayectoria y mucho mérito como Wilson Fisk .
Los saltos entre escena demuestran un montaje pobre alejado incluso de su maravillosa intro que le ha copiado a True Detective. Las cosas suceden porque el guion lo quiere así, anulando cualquier decisión que puedan contener los personajes que vagan sin rumbo al son de una exegüe narrativa. Parece que Disney ha tirado la toalla, ya hace rato da lo mismo quién dirige, quién compone, quién está detrás de la fotografía. Estas series y las películas del UCM son monocromáticas y sirven de lección en la asignatura "Cómo no escribir un guion". No lo digo de mala sangre, pero es visible hasta el tuétano el poco empeño que tienen estas obras con la cantidad de virtudes a las que les podrían sacar el jugo.