Es como un re-encuentro de amigos!. Al inicio es ese nerviosismo, esa incertidumbre, estamos hablando de mucho tiempo sin vernos. No sé si ellos han cambiado, al menos yo sé que yo si he cambiado, será incómodo? forzado? con ganas de irnos rápido? No sé...

Es entonces cuando van llegando, uno a uno los vemos entrar, y no nos saludamos dándonos la mano o un beso en la mejilla, no que va, instintivamente nos damos un abrazo, de esos que duran, de esos que le dibujan a uno una sonrisa en el rostro, y eso nos tranquiliza, aleja nuestros miedos, y nos prepara para lo que creemos será una buena experiencia.

Empezamos entonces a ponernos al día, a reírnos o a llorar de tonteras del pasado, de lo que nos pasa actualmente, y de pronto nos encontramos pensando, no son risas falsas, no la estamos pasando "bien" por compromiso, en serio estamos disfrutando la velada, y es así, cuando bajamos nuestros muros un poco, y dejamos que entren de nuevo a nuestras vidas.

Nos hemos dado cuenta que todos hemos cambiado, por supuesto que si, es lo natural, la forma de ser, nuestra apariencia, algunos más viejos y sabios, otros más rellenitos, etc, pero eso no importa, porque lo importante es que ese lazo... no, tachemos eso mejor... ese nudo de amistad que entre todos hicimos hace años, está ahí, fuerte como siempre para cuando lo necesitemos.

Trágicamente, y sin que nadie quiera irse, tenemos que volver a la realidad, a nuestras "ocupadas" vidas, vamos despidiéndonos, de nuevo con abrazos,así se saludan y se despiden los amigos, y nos alejamos, no sin antes darnos cuenta de algo interno que estamos sintiendo, ese sentimiento cálido que sube y nos garabatean una nueva sonrisa, honesta, verdadera... y es cuando caemos en razón,no solo fue que creíamos que podía ser una buena experiencia, sino que fue increíble.