Si. Porque si Oliver quería plasmar en esta cinta el loco universo del deporte cómo espectáculo frívolo, producto de consumo adulterado con todas la desgracias y fortunas que orbitan sobre él, lo consiguió. La avalancha de secuencias e imágenes que te golpean los ojos durante su visionado se pueden soportar. Es la decisión de Stone y es respetable. La película podría haberse perfilado de otro modo, pero perdería su sello. La hace original.
Cameron Díaz, indiferente actriz, hace quizá el papel más interesante de su triste carrera con una interpretación muy cuidada. Al Pacino está perfecto encarnando a su personaje, sin fisuras. El resto de actores pasa sin pena ni gloria. Lo siento por Foxx, Quaid y Woods, pero están normal. Y esta normalidad se la deben a Stone. Así como es resto del reparto.
La historia como ya decía antes esta muy bien, refleja todo aquello que se cuece dentro y fuera de los terrenos de juego. Puede que haya exageraciones, si, pero tampoco creo que sean tantas, tratándose de Estados Unidos me temo que hay mucho de verdad, y si no, pues da igual porque el resultado es bueno. El fútbol americano es el deporte elegido por los guionistas pero bien pudiera ser otro, da igual, el trasfondo es lo que importa. Dinero, fama, drogas, traición, sexo, amor, odio, vanidad, humildad, envidias, excentricidades, ambiciones, temores, codiciosos intereses, hipocresía y un largo etcétera tienen cabida en esta estupenda cinta. Es digna de ver, no tiene desperdicio.