Seamos sinceros, la película se dedica el 80% del tiempo a lucir a las mozas, en concreto a la potragonista... pero eso es algo que se ve hasta en el poster por lo que no nos sorprende. El caso es que, a pesar de tener una historia flojita: la chica de pueblo que es muy buena surfeando y quiere demostrar su talento en una competición ante los mejores surferos del mundo mientras se va enamorando del macho alfa... sí, tira para atrás pero es mejor de lo esperado. Lo es gracias a las actuaciones de nuestras surferas (Kate Bosworth, Michelle Rodriguez y Sanoe Lake) que logran caernos bien en todo momento, el hecho de que veamos que se lo están pasando pipa (como en las escenas en las que limpian el hotel) hace que nos divirtamos y la película se convierta en un entretenimiento ameno y refrescante.

Y luego están las escenas de surf, absolutamente impresionantes, flipantes. Ya sabes, terminas de verla y te dan ganas de comprarte una tabla y ponerte a ello.