Cuarenta años han pasado ya desde aquel victorioso debut de Robert Redford en la dirección. Cuarenta años han pasado y Donald Sutherland sigue en la brecha, Timothy Hutton se ha dispersado por el camino y Redford, otrora un adonis, no es ahora sino un hombre viejo con un arma.
Pero GENTE CORRIENTE sigue siendo extraordinaria. Y es que tampoco faltan hoy en día madres que abrasan y padres que aman, y chicos perdidos que buscan su lugar en el mundo. Un mundo que atesora todavía música de Pachelbel o de Vivaldi, psicólogos que ayudan, chicas como Liz McGovern, bella entre las bellas, o películas como GENTE CORRIENTE, cuya revisión, cuatro décadas después de ese estreno, continúa reportando una sensación tan reconfortante como es la de volver a casa.