Juega con la simpleza de los criterios por la que muchas veces la gente escoge, selecciona, clasifica lo que elige ver como bueno y como malo. Mira que señor más simpático, aniñado y gordinflón, tan moderno y encantador, ¡no le haría daño ni a una mosca! En cambio, ¡oh!, esa señora es mucho más estricta y desagradable, es muy rara, manipuladora, anticuada, inadaptada, cerrada de mente. Además fijaros que cuando camina con el cambiador de bombillas, ¡de espaldas parece una bruja con tricornio! Pues quién va a ser la mala, es que vaya preguntas...

Hay una escena en la que la monja Streep llama a la madre del chico negro al colegio para trasladarle su preocupación de que el cura Hoffman puede estar abusando del niño. Al principio va con indirectas, apelando a que con una madre que se preocupa por su hijo no va a hacer falta ser gráfico, a buen entendedor pocas palabras bastarán. Pero esta se muestra terca y obstinada, no dejándose influenciar por palabras de terceros. De clase baja, está acostumbrada a que la sociedad blanca busque excusas para crearle contratiempos y problemas, y no está dispuesta a ceder, se blinda antes de cualquier posible acometida. Da por sentado que hay algún problema con la estancia del niño en la escuela (lógico, ¿sino para qué la iban a llamar?) y antes de nada se apresura a decir que al final de curso se van a mudar y que es solo hasta junio lo que el chaval se iba a quedar en su colegio. No muestra síntomas de querer saber nada más, se cierra en seco e insiste en que si hay algún problema con la conducta de algún profesor que lo solucione ella. Streep se indigna porque no consigue su objetivo. Me mató cuando Streep ve que la madre no la está dando bola y decide ir al grano, exponiendo sus sospechas sin rodeos ni vacilaciones y la negra le vuelve a repetir que es solo hasta junio, jajajaja. ¿Que clase de madre es usted?, replica Streep. Resulta que el niño tiene orientación homosexual y que ella, mientras que el niño manifieste que está bien, no tiene ningún problema con que un profesor le preste ayuda o diligencia especiales (ya que tampoco hay constancia de que hubiera algún tipo de abuso). Es una actitud relativamente recurrente entre la gente pobre, que al no disponer de los medios necesarios o la capacidad para darle todas las atenciones necesarias a sus hijos, vean con buenos ojos que otro lo haga; a mi me parece algo lógico y hasta necesario. En ese caso estoy con la madre ya que si criticas un problema o una situación, propón tú las soluciones. Como giro a lo mejor no es el más adecuado (¿necesario?) porque no entiendo que se pretende con él, ¿desdramatizar la supuesta perversión del cura? Ah, no, como al niño le gusta pues no pasa nada. ¿Pero qué barbaridad es esa, si la criatura tiene solo doce años?

Al final el cura pide un traslado, el cuarto destino en seis años, y no solo se lo dan sino que le ascienden, pasando a encargarse de todo un colegio. Streep le había amenazado con seguir indagando en su pasado y aseguró ya haber hablado con una monja de otro convento en el que trabajaba anteriormente. Dicho esto le exigió que se fuera. Luego se desvela que en realidad nunca hizo esa llamada y la renuncia del cura fue la prueba definitiva (al menos para los ojos del espectador externo) de su culpabilidad, pues si no tuviera nada que ocultar no se habría marchado.