Forzada secuela que no hace ni pizca de gracia en practicamente ningún momento. El problema no es que los gags estén muy manidos y trillados; que eso si el trabajo que hay detrás es bueno y laborioso, acaba siendo igualmente efectivo, y la sensación que se te queda es que has presenciado una película que es la polla, sino que NO HAY GAGS. Aunque no lo pueda parecer por la nota que le estoy dando a esta película y a otras, que por lo visto a los demás sí que les han hecho gracia, no soy demasiado exigente y menos con este tipo de género, y me basto casi con cualquier cosa para darme por contento. Eso sí, quizás en el último enunciado radica todo el problema, pues ese 'casi' es cada vez más ambiguo, pues va empezando a abarcar cada vez más y más cosas. Y es que aquí se nos pretende vender una chorrada americana más como cualquier otra no, mucho más pestilente y enervante que de costumbre para los que realmente buscamos cosas con las que poder reírnos, pero no con chorradas que se funden con el surrealismo más estúpido. No me doy por contento, y creo que hablo en nombre de muchos más que con tanto anhelo esperábamos encontrar regocijo y deleite en esta '22 Jump Street', pues somos los mismos que en cierta medida nos habíamos enamorado de su sugerente antecedente y de su disparatada fórmula gamberra.

Sin embargo esta película es todo lo contrario. Pretenden darnos gato por liebre, vendiéndonos esa sucesión de absurdas exhortaciones que no vienen a cuento en ningún momento como la comedia más guay del mundo, con la estupidez por doquiér por bandera, cuando es algo que solo podrán encontrar gracioso los estúpidos niñatos de EEUU, todas esas paridas y chorradas de niñatos pijos descerebrados que se creen los mejores, pero que no tienen una sola neurona en buen estado. Pero claro, se me olvidaba, es que esas cosas precisamente son las que gustan ahí...

Asimismo la película trata de copiar los esquemas de la primera película en lo que a ese burdo sentimentalismo se refiere (en lo de la nueva separación de los 'hermanos'), pero toda esa sensiblería pretenciosa es tan profunda como una charca de barro y tan sutil como una patada en los cojones.

En fin, una película frívola, chorra y carente de cualquier atisbo de ingenio. Fácil de hacer, pues no requiere de demasiado esfuerzo ni ingenio. ¿Humor? Olvídense, por favor. A nivel personal, estoy muy de acuerdo con una cita que he leído u oído por ahí, y es que "el humor es la primera proyección de la inteligencia". ¡Qué gran razón! Aquí, evidentemente no hay de eso. Es la película más estúpida que he visto en bastante tiempo. ¡No tiene sentido! Y toda esa estupidez, presenciarla, y con tan sólo rememorarla, me pone sumamente nervioso, me altera. Y es que, ¡diantres!, no sé por qué demonios doy el cuatro. No encaja nada, ni en el perfil de los personajes, ni en su actitud. Los dos protagonistas no presentaban tales indicios de estupidez en la primera parte, todo eso se ha hecho aposta, para poder dar luz a todas esas absurdas escenas sin gracia alguna. El resultado es el de una estúpida americanada. Con lo que me había gustado la primera parte... No sé si van a hacer más, que no lo voy muy potable todo eso, pero si al final sí, espero y pido por favor que se la trabajen bien, con ganas, ingenio e ilusión. Coño!!! Si está Jonah Hill. ¿Tenéis la más mínima idea de lo talentoso y grandioso que es este tío? Es una bestia del humor más sucio y gamberro, eso que venimos buscando algunos en este tipo de películas. Y fijaros que nadie le pone menos de un 3. ¡Eso es que la idea es buena, (y es verdad), lo asume todo el mundo!