Mira que solo dura ochenta minutos pero es todo tan ridículo y espantoso hasta el punto de que duele escuchar tantas majaderías rimbombantes de bocas de adolescentes en tan corto espacio de tiempo. Encima el enfoque persigue trascender, sentar cátedra, si al menos los humos fueran como los del que cuenta una bobada para distraer y amenizar el rato, pero no, por el tono pretencioso que se respira en toda la filmación, este señor debía creer que estaba filmando arte y ensayo. Le habrá debido de gustar mucho 'El guardián entre el centeno' y por eso pone a sus personajes a hablar igual, inspirándose también en lo peor de Bukowski. Porque es realismo sucio, claro.

Una paja mental que no tiene ni pies ni cabeza, de lo más estúpido y sonrojante que he visto en mucho tiempo, de verdad, (¿irían puestos?) pero que salvo de la nota mínima porque las intervenciones de Karra Elejalde (pocas) son un puntazo. Con su personaje el director sí que se estaba quedando con nosotros, pero para bien, lo único bueno de la película; Mortensen también está pasado de rosca, todo en esta película es absurdo y alucinante, las lagunas narrativas son constantes.

La sinopsis va de que un chaval le pega un tiro al guardia de un super por una idiotez, secuestra un coche en el que había una adolescente y se dirigen hacia el mar. Karra es el tarado detective que los persigue por la península, no hay nadie más.

La película trata de mitificarse a sí misma con el nefando presagio cumplido (constantemente están haciendo referencia a ello) pero es malísima, nada de alusiones a generaciones perdidas, esto es un tipo de treinta y tantos que escribe libros idea unos personajes adolescentes de actitud nihilista y desconsiderada ante la vida, pero que cuya característica fundamental es que precisan de atención psiquiátrica, e intenta hacer creer como si toda la juventud fuera igual.

Claro, luego te cruzas con esta película con diecisiete años y le das un nueve, porque la concibes como una masterclass de cómo hay que comportarse en la vida para molar y follar, que así, justo tal y como te lo cuentan aquí, funciona el mundo.