A mi parecer, las películas de Hayao Miyazaki tienen algo que en Disney no hay: El elemento de la Persona. En las películas del japonés, siempre hay un elemento humano, que quizás es lo que distinga la realidad de la fantasía dentro de esos argumentos tan originales. Ésta película era una libre adaptación de la sireita, pero incluso la ha mejorado, ya que en la sirenita el guión sólo era un folletín romántico, que Miyazaki se dispuso a cambiar, y tengo que decir, que por muy buenas que sean las películas de Disney para los niños, últimamente la multinacional, se está convirtiendo en una fábrica de dibujos animados sin sentido alguno de los valores humanos.