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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
19 de diciembre de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas uno de los hitos que han ido marcando la historia del séptimo arte. Bergman nos entregó su tarjeta de presentación internacional con "Sonrisas de una noche de verano" en el 55. Y viendo que el resto del mundo le habría las puertas decidió pasar para quedarse con la cinta que nos ocupa. El guión lo tenía aparcado, revisado y casi desechado proveniente de una obra "Pintura sobre tabla" que había confeccionado para ejercitar a sus alumnos de teatro. La formula de "Sonrisas..." había funcionado, así es que por qué no repetirla tomando como eje central en este caso en vez de el amor, la muerte. Dicho y hecho. Bueno..., le costó encontrar financiación. Pero al final la obra teatral original acabó trasmutándose sin perder su esencia escénica en una gozosa alegoría medieval sobre la vida en la que nos acompaña la muerte desde que nacemos y de como cada uno de nosotros afrontamos la presencia de la parca con miedo, valor, escepticismo o incluso sacamos rédito (la religión) con ella o nos atrevemos a desafiarla. Un fresco de una fuerza visual tan grande o más que las reflexiones metafísicas que plantea. Que si bien sorprendieron con un planteamiento innovador en su momento, no serían nada sin dicha fuerza de sus imágenes muy inspiradas por el cine medieval de Kurosava.

Bergman vuelca en ella sus preguntas existenciales y sus vivencias personales de infancia y adolescencia marcadas por la religión (su padre era pastor luterano), cosa que repetiría en toda su obra al tiempo que le sirve de catarsis. La fotografía de Gunnar Fischer con el que ya trabajó en "Sonrisas..." y volvería a hacerlo en "Fresas salvajes" es excelsa. Los encuadres, los primeros planos, el montaje..., toda una galería de recursos que constituyen las señas de identidad del maestro están presentes, era su película número 21. Él era consciente de que no era perfecta, que todavía la fusión entre teatro y cine se desequilibraba en algunos momentos, que algunos flecos no estaban bien rematados..., con todo y con ello "El séptimo sello" se debería visionar junto con "Sonrisas...", amén de su calidad fílmica como (parafraseando la cinta de John Huston) un impagable paseo por el amor y la muerte. "Consumatum est"

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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