El presidente Eisenhower estaba finalizando su segundo y definitivo mandato. Había consolidado a los USA como los nuevos ricos del mundo mundial con los arsenales y las neveras repletos; un mundo de Jauja exportable que ocultaba debajo de su rica alfombra mucha porqueria. En ese "idílico paraíso" social la joven sra. Maisel es el prototipo perfecto del modelo de mujer que promueve esa sociedad. El maniquí perfecto para lucir modelitos y maquillajes que le permitan  ejercer de trofeo de su marido y tener siempre a punto la entrepierna, la cocina, la casa y los niños, si es posible con sirvienta incluida. Cuando las grietas inevitables empiezan a aflorar en tan impresentable artificio lo mejor que uno puede hacer  para sobrevivir y terminar de derribarlo es reírse de ello. Y si eres mujer tampoco lo tienes fácil.

La mayoría de los personajes de esta bendita serie quieren salirse del modelo y ser ellos mismos. Sobre todo ellas mismas. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con una serie de comedia que camina con destreza de funambulista entre la sátira y el esperpento de algunos de sus caricaturescos personajes y la comedia dramática de sus principales protagonistas. En mi caso con el plus añadido de los entresijos y guiños a la profesión a la que pertenezco. El diseño de producción y de todo el equipo artístico es inmejorable transportandonos al entorno de ese Camelot ficticio y colorista que estaba a punto de inaugurar oficialmente JFK prometiéndonos literalmente la Luna, antes de que un amargo cóctel de balas nos despertara del sueño. Hay una película ("This is my life/ Nora Ephron) del 92 que anticipa mucho de lo que nos cuenta Amy Sherman-Palladino. Tres temporadas gozosas (habrá una cuarta) en que permanecemos enganchados a las tribulaciones de esta cómica pionera probablemente inspirada en Joan Rivers (1933-2014) y su manager (magníficas ambas actrices) que se las ven y se las desean para llegar a buen puerto en un mar siempre tempestuoso. La playlist es una ristra de joyas y todo el elenco aprovecha sus minutos pocos o muchos al máximo. La serie a cosechado grandes premios y su apenas desgaste promete más horas de diversión inteligente. Un aplauso bien merecido para la maravillosa Sra. Maisel.

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