El día que (espero sea tarde) le concedan el Oscar honorífico a La Streep por toda su carrera deberían o bien hacerlo más grande o darle dos. Tres Oscar y dieciocho nominaciones más, todas ellas merecidas en los más variopintos registros actorales. Y es que ella solita se basta y se sobra para dar consistencia y emoción a este último trabajo de Spielberg que parece realizado con el mismo nervio y las prisas que tuvo El Post en las horas que tuvo que decidir si daba un paso adelante jugandoselo todo a la carta de la libertad de prensa y ganó. Bueno ganamos todos. Y supongo que las prisas de Spielberg vienen motivadas porque el actual inquilino de la Casa Blanca, al que parece que se la suda casi todo ha declarado la guerra a la prensa, en unos tiempos donde cualquiera ejerce de periodista y un twiter vale más que cien palabras. No vamos a ser ingenuos y pensar que la prensa es una santa y que no juegan según los intereses de los poderes fácticos pero hay lineas que no se pueden sobrepasar.
Spielberg se marca una precuela de la magnifica "Todos los hombres del Presidente" (Alan J. Pakula / 1976) mucho más cercana a los hechos que narra y que Spielberg revisita prestando más atención al fondo que a la forma (esa introducción en la jungla vietnamita esta un poco dejada). Un reparto coral masculino eficiente donde La Streep, al igual que el personaje que interpreta acaba por imponerse y de paso director y actriz se suman al movimiento de empoderamiento femenino actual. Pasa en un suspiro en una narrativa clásica de un director que también lo es.

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