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España España · Mexico
Voto de Alfie:
8
Western. Intriga. Romance Mientras Rocklin se debate entre el amor de dos mujeres, intentará averiguar por qué fue asesinado el propietario del rancho en el que trabajaba. (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2010
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras medio Hollywood andaba por Europa y el Pacífico guerreando o filmando la contienda, John Wayne, el que dicen no sabe actuar, se quedó en los States para protagonizar un buen número de películas. Entre ellas, como no, un puñado de westerns. Quizás este “Tall in the Saddle” no sea una de las más conocidas pero tiene varios atractivos, y no solo el de ser el primer western que se vio por la televisión americana del que no sabe actuar.

Lo primero que llama la atención durante la primera media hora es el espectacular reparto, lleno de caras conocidas y habituales en el género. Ward Brond y, sobre todo, el magnífico Gabby Hayes completan junto a la bellísima Ella Raines un casting excelente. La historia es un complicado juego que mezcla asuntos familiares, con viejas rencillas y luchas territoriales entre ganaderos en un pueblo del incipiente oeste americano. Allí llegará Rocklin (John Wayne) quien pronto se verá envuelto en un fuego cruzado en el que tomará parte gustoso tras aparecer ante sus ojos la indómita y bellísima Arly Harolday (Ella Raines) y cuyo paso por el film dejará unas cuantas escenas inolvidables. Sobra decir que el que no sabe actuar vuelve a hacer lo de siempre: pararse ante la pantalla como nadie, poner a cada tipo en su sitio sin apenas despeinarse, decir sus líneas de diálogo con un ritmo y un tono sencillamente magistrales…vamos, poca cosa.

El film está correctamente grabado por un director, Edwin L. Marin, muy unido al western y en donde desarrollaría la mayor parte de su carrera colaborando, por ejemplo, en una serie de películas con el gran Randolph Scott a finales de los 40 y principios de los 50. Destacar el gran aroma westeriano que destila cada fotograma conseguido, sin duda alguna, por el excelente trabajo desarrollado durante años en los estudios del RKO Ranch en L.A. y en donde se rodaron, entre otras, “Qué Bello es Vivir”. Gloria a la RKO...y a John Wayne, claro.
Alfie
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