Quizá recordéis el famoso gol de Abreu, un delantero que falló un gol a puerta vacía mientras el locutor alucinaba sin poder creerse el fallo (El gol de Abreu, El gol de Abreu... ¿Abreu?… ¡Abreu! ¡ABREU!).
Aquí pasa algo parecido. Cagarla con semejante reparto es, pues eso, fallar un gol a puerta vacía.
El gol de Abreu, el gol de Abreu…
La primera cuestión es si el guionista es deficiente mental o sólo es un pobre vagabundo al que ofrecieron escribir el argumento a cambio de un bocata de chorizo. Se habla de las armas de destrucción masiva con una ligereza abochornante, incluso el personaje perpetrado por Sam Rockwell presenta en sociedad unos robots-soldados haciendo amago de bailar break dance. La escena de la comisión del senado es ya para colgarse: “Venga ya, senador, usted lo flipa. Mi arma mola. Ustedes no.”, dice el héroe. Con dos cojones.
¿Abreu?
Lo que tiene que decir esta película sobre las armas de destrucción masiva, la militarización, la hegemonía militar de EEUU, etc, es… que molan. Al principio, pensé que sería en plan parodia, pero no. Hacía tiempo que no veía una película tocar temas tan serios con semejante punto de vista pajillero (véase Transformers 2)
A estas alturas yo pensaba si saldría del cine rebuznando y con un saco de alfalfa colgando de las orejas.
¡Abreu…!
El protagonista es plano –muy simpático, eso sí- y bastante trasnochado, con un par de escenas que dan verdaderos ataques de vergüenza ajena (ay, la fiesta. Abreu…). Hasta que llega un tipo que también es muy chulo, le da un tironcito de orejas y le pone a trabajar. Como la vida misma, oiga. Hiii-haaaa.
¡¡Abreu…!!
Listado de intérpretes que cogieron el cheque y salieron corriendo: La Johansson, reivindicándose como… ¿mueble decorativo, quizás? Tito Samuel… la verdad, no sé que pinta Nick Furia en la trama. Bueno, sí lo sé. Es una nueva técnica de marketing: así es como te venden el primer trailer de “Los Vengadores”. Haciendo que pagues por verlo. Pero como ellos consideran al espectador medio como poco menos que un asno, no pasa nada... Y lo de Rockwell huele a suicidio profesional. El Sr. Rourke… bueno, hay que ser muy malo para lograr que Mickey Rourke sea tu villano y que se pase toda la peli metido en un laboratorio. Yo hubiese apostado para su papel por alguien como… Michael Cera ¿Y la Paltrow?… bueno, con Iron Man arriesgando su vida, en pleno dramatismo, aparece el siguiente diálogo.
-¿Cuándo me ibas a decir que te morías? –dice ella consternada.
-Yo… ¡te lo iba a decir mientras te hacía una tortilla! –responde el bueno de Stark.
Como ves, la tésis del guionista-vagabundo hambriento sale reforzada.
¡Abreu, por Dios!
Conclusión: ¿Te gustaría que Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez fueran a tu casa a visitarte… para decirte que eres idiota?
¡ABREUUUUUU!