Menudo peliculón se marca aquí Steve Miner. Vamos que ni aunque John Carpenter volviera a dirigir una de Mike Myers lo haría mejor. Porque menuda joyita que realiza el tío, que una película de hora y media, el malo no empiece a acosar a Jamie Lee Curtis y familía hasta pasados los 50 minutos resulta intolerable puesto que este tipo de productos lo único que aspiran es a enseñarnos carniceria de los típicos niñatos de turno. Típicos niñatos de turno hay, lo que no hay es carnicería y si la hay es muy, muy light.

Así que ni el regreso de Jamie Lee Curtis a la saga, ni los malditos niñatos, ni Mike Myers, ni Janet Leigh en un papel de esos de no hago nada y cobro mucho logran hacer algo para intentar salvar la película. La estupidez que nos propone Miner es impresionante no hace falta más que ver algunas escenas como esa en que el asesino persigue a Michelle Williams y a Josh Hartnett que es completamente demencial. Es algo como esto:

Josh Hartnett y Michelle Williams huyen del asesino pero a mitad del camino y porque son muy listos se paran. Pues claro que sí, si solo están siendo perseguidos por un asesino que le gusta acuchillar a sus victimas pues claro que sí. Ocurre algo como esto (bueno no eso pero casi):

J. H. - Tía, nos paramos y nos sentamos ahí es que estoy cansado de correr.
M. W. - Pero tío si estamos huyendo de un asesino.
J. H. - Venga va que te cuento un chiste.
M. W. - Venga vale.
J. H. - Esto es un fistro de pecadoorrr que va por la calle mayoorrr.....
M. W. - Joer que tienes al asesino detras de tí.
J. H. - Tranquila hombre si soy su sobrino, que me va a hacer.


En fin que si a eso le sumas que Cuatro hace gala de su nombre poniéndote cuatro horas de anuncios y que el final es completamente bochornoso y ya tienes el resto de este bodrio patatero.