El director Peter Hedges nos ofrece un curioso film, vendido como comedia romántica pero que tras el marketing y la cara de Steve Carrel parece que hay algo más. El cómico interpreta a Dan, un viudo de mediana edad que tiene sacar adelante a sus tres hijas.
Su resignada vida de viudo parece dar un vuelco cuando conoce a Marie (Juliet Binoche), una atractiva mujer que conoce casualmente cuando se traslada a la reunión anual de su numerosa familia, y con la que parece conectar. Sin embargo, posteriormente se enterará que es la nueva novia de uno de sus hermanos. Hedges construye un curioso film, muy equilibrado entre lo que podría ser la comedia de enredo y equívocos con ciertos tintes dramáticos.
En el marco de un entorno familiar complaciente y hasta rutinario, Hedges resalta por encima de todo la relación entre ambos protagonistas, dejando también algo de margen a las hijas de Dan (una de las cuales vive una situación paralela a la de su padre), y haciendo avanzar el film de forma apacible y sin estridencias. Aunque el film se mueve dentro de cauces convencionales y bastante predecibles, es de agradecer que el director maneje la historia sin caer en la trampa fácil del chiste de trazo grueso, y sin derivarlo hacia un melodrama, construyendo una comedia agradable de ver, y que se hace simpática, y muy natural. Sin embargo, al enfocar con tanta precisión al dúo Carrel/Binoche, el resto queda demasiado desdibujado, dejando a casi todos los demás personajes prácticamente como meros figurantes para hacer bulto, y poco más.
De alguna forma el director descuida voluntariamente al resto de personajes del film para centrar su atención en los dos protagonistas absolutos de la película (Carrell y Binoche), y aunque el film se mueve por los cauces habituales del género en sus líneas generales se agradece que se cambie un poco el contexto, y esas pinceladas dramáticas que aderezan adecuadamente un film que se hace agradable, pero que no va más allá en sus planteamientos de lo correcto.