La dama de oro es Helen Mirren.
La actriz inglesa siempre pone una nota de enorme calidad en todo lo que hace, y aquí hacía más falta que nunca, pues este biopic sobre la lucha de Maria Altmann para recuperar sus posesiones arrebatadas por la Alemania nazi resulta bastante soso y aletargado. No tiene mucho de donde sacar, es anodino en su corrección y huele a telefilme por todas partes. Es la actriz quien aporta la emotividad y la elegancia a una producción que carece de ambas aunque las busque con desesperación.
Lo demás es una película más o menos entretenida, que busca la emotividad y la encuentra sólo en ocasiones y que rinde homenaje (uno más) a las víctimas del horror nazi en todo el mundo.

Lo mejor: Helen Mirren, siempre sensacional
Lo peor: Es tópica hasta las trancas, como solo las historias reales pueden serlo, y no es interesante como película