Neill Blomkamp jamás ha hecho otra película como District 9. Y es una lástima.
El sudafricano tenía todo para convertirse en una de las figuras más relevantes de la ciencia - ficción o del cine en general, por todo lo que había demostrado en su ópera prima en pantalla grande, pero por alguna razón no aprovechó la ocasión, ni con la ambiciosa Elysium, ni con Chappie, ni desde luego con esta Demonic. Es triste ver a alguien capaz de dirigir y escribir algo tan bueno como District 9 en una cinta de terror que en poco se diferencia de la pura serie B.
Terror, o supuesto terror, más bien, porque miedo da bastante poco. Y que conste que la idea de partida no es mala, pero el desarrollo es simplemente nefasto, y las interpretaciones acartonadas tampoco ayudan.
Una película totalmente prescindible y una bala perdida más de un director que prometía muchísimo, pero se ha quedado en nada. Ojalá la cosa cambie y nos vuelva a sorprender.