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España España · Madrid
Voto de Pavorosa:
4
Drama. Comedia Siete historias eróticas son los cimientos de una película basada en el principio de unidad de tiempo, espacio y acción de Aristóteles. Ninguna de las historias habla sobre el sexo, sino de las relaciones humanas que transmiten tensión erótica. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediocre. Muy pobre en todos los sentidos. La música de los créditos iniciales era tan espantosa que debería haberlo interpretado como una advertencia. Siete historias independientes, sin ningún atractivo visual. Nada de tensión sexual o morbo, por pequeño que fuera. Un guión que desconoce cómo resultar interesante o, por lo menos, entretenido. Simple y pura mierda con algún que otro desnudo, sexo con prisas y golpes de cadera. No sirve para reflexionar porque sus conversaciones son patéticas, pero tampoco para calentar motores. Una película totalmente prescindible. Sí, estoy de acuerdo, es comedia. Porque se parodia a sí misma.
Primera historia, la más estúpida. Un hombre intenta arreglar una antena en la azotea. Hablan sobre antenas, cisnes, erotismo, porno, el efecto del hielo sobre los pezones u otras partes del cuerpo humano. Critican de pasada el capitalismo, las constructoras socialistas y hacen publicidad negativa de los diferentes sistemas de descargas. De pronto, ella mea en el tejado y descubre a un mirón a lo lejos. Pero eso no le impide provocar al hombre de las antenas, hasta que consigue excitarlo con una canción. Besos, sexo salvaje de unos 15 segundos de duración y no más. Demasiado exagerado el hombre en sus expresiones físicas.
Segunda historia, la más seductora. Un fotógrafo, habla con su modelo de luces, cámara y acción. También de historia del cine. Y como no hay ventilador, ella se maquilla, porque eso es arte. Lo que sea por el arte, así que enseña las tetas, pero con los pezones tapados con una cinta en forma de X, que está de moda. Por fin, sucumben a la tensión sexual, después de infinidad de posturas sensuales. Consigue provocar sin demasiado erotismo. Los interrumpen, pero no importa, no pueden parar. ¿O tal vez sí?
Tercera historia, la más aburrida. Dos hombres hablando de sus cosas. Uno quiere decir algo urgente. Pero siguen hablando de otras cosas. Por fin, le pide consejos para ser un buen homosexual. Dispone de hora y media. Al final terminan retozando, para demostrarle lo bien que lo hace. No es que me hayan transmitido demasiada tensión sexual durante su conversación, únicamente hay tensión sexual durante su acercamiento. Una gran declaración, eso sí. En esta historia no hubo sexo, sólo besos. ¿Por qué será?
Cuarta historia, la más ridícula. Se encuentran en una tienda de discos. Ella ni caso, ni se acuerda. Pero se empiezan a perseguir por la tienda, como dos adolescentes. Ponen música, él toca una guitarra de aire. Su personaje es tonto, sólo siento vergüenza ajena y lástima mientras lo miro. Después de un coqueteo, habrá toqueteo en la tienda, con el dueño por ahí perdido. Aunque luego sí, tiene la decencia de dejarlos a solas. Pero ella no es checa. Y él quiere una checa.
Quinta historia, la más indescriptible. Va directa al grano, con dos mujeres, manoseando lo que encuentran. Cuando el hombre se va, nos presenta erotismo entre lesbianas que hacen pompas de jabón. Pero el hombre regresa, como se fue vino. Y las dos dominantes lo esposan, porque sólo lo consideran un vibrador. En ésta, no quiere ser explícita, así que se cubren bajo una sábana que sobra. Con su historia, podría ser más que erótica, pero al final, sólo son eróticas sus voces, porque la imagen que ofrece es patética. Después del cigarro, una de ellas, se pone celosa. La escena final, me dejó pasmada.
Sexta historia, la más predecible. Otra que entra directamente al grano, aunque interrumpe el erotismo de sus voces porque ella sufre un calambre en la pierna. No vemos sus caras, sólo sus manos, sus pies, sus vientres. Otra mujer que mea. Regresa con menos calambre, se cubren también con un trapo rojo y se desquitan por todo lo alto después de una llamada telefónica. Y de pronto, muestran las caras. Sorpresa.... Pues no mucho.
Séptima historia, la más irrisoria. En el bosque, van en busca de setas con una cesta. Hasta que encuentran la seta más gorda, en resumen. Reflexión interesante sobre los padres que se arriesgan a poner nombres como "Bella". ¿Y si luego es un espanto de mujer? El formato de ésta me recuerda a un cuento infantil para adultos, en plan Caperucita Roja. Otra mujer, que ha tenido ganas de mear, pero se agachó sin miedo a las garrapatas. Y ahora, medio rasurada, se pone a buscar garrapatas en la selva. Pero no se puede concentrar, ni siquiera con un espejito mágico, así que le pide ayuda al lobo, que se sacrifica por ella. Terrorífica. Parece un chiste malo. Ella es idiota. Un intercambio feliz: te cambio mi garrapata por una ladilla.
Poco más que añadir, creo que sobran las palabras porque este amago de película erótica se critica a sí misma más de la cuenta. Su estética fue del montón y las historias tampoco permitían que los actores pudieran lucirse demasiado. Ni siquiera recuerdo si sonaba música de fondo. Lo más gracioso, es que se supone que me tengo que reír porque es ¡comedia!
Pavorosa
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