No es tan buena como la primera, y es que la misma fórmula no puede funcionar dos veces con la misma fuerza, como dicen por ahí: "una vez divierte, dos ya cansa". Aún así el amigo Stallone se puso al hombro una secuela, que al menos prometía en taquilla, pero lamentablemente no es tan buen director como Avildsen.

No obstante ya había demostrado que tenía cierto talento para los diálogos, algo que si se repite con la misma intensidad, y es que me seduce tanto la manera en que caracteriza a ese boxeador tímido, que dicho sea de paso es su mejor personaje desde la hoja de papel y desde la interpretación.

Esta vez le falla la introducción porque aunque ya sabemos a lo que va insiste demasiado en el drama familiar, con todo el malgasterío de dinero y demás, y atrasa bastante el comienzo de su entrenamiento que para mi gusto es lo mejor del film -de la saga completa-, quien no se estremece al escuchar la pieza de Conti "Gonna fly now".

Las coreografías del ring, todas a cargo del propio Stallone, siguen siendo buenas, no tienen nada que envidiarle a otros films pugilísticos más reconocidos como "Toro Salvaje" (Martin Scorsese, 1980) o "Million Dollar Baby" (Clint Eastwood, 2004).

Talia Shire continúa siendo un pilar importante del film y los demás secundarios también hacen lo suyo.

Lo mejor: cuando sale a correr.
Lo peor: imita demasiado el argumento de su predesora y demora bastante en entrar en acción.