Hay cosas que en un libro funcionan y que en la pantalla no lo hacen, y eso es algo que hay que tener muy presente si lo que se pretende es traer a la televisión en formato serie, un producto literario de gran éxito, porque críticas te van a caer por todas partes.

La serie, no el libro, peca un poco de soberbia, y ese exceso de confianza juega en su contra en el desarrollo. Por ello y por lo poco arriesgado de la puesta en escena hace que sea un producto que no destaque entre otros del mismo género. Por su parte, el elenco de actores, salvo alguna excepción, intentan como pueden defender a unos personajes con actuaciones un tanto exageradas e impostadas con poco desarrollo y recorrido argumental pero cargados de tópicos, quizá por ello ningún actor destaca por su excelencia.

Pero lo peor es que la trama se hace aburrida en demasiadas ocasiones con una narrativa un tanto incoherente y un ritmo, en general, extraño que falla sobretodo a la hora de presentar personajes.