Una vez más, Ridley Scott nos deleita con una película de factura excelente. Licencias históricas aparte (p. ej.: hubo 12 años de lapso entre las muertes de Marco Aurelio y de Cómodo, quien, además, no murió en el arena del circo, sino a manos de un atleta contratado que lo ahogó en el baño hasta la muerte), hasta el más mínimo detalle se ha cuidado con esmero durante la realización de esta película (como por ejemplo, el encendido de las flechas durante la batalla inicial, que incluso sorprendió a los historiadores actuales por la sencillez y verosimilitud de la solución). Lo mejor: las interpretaciones de los actores principales, que son sencillamente geniales... y en especial Russell Crowe: sólo por él la película merece el 10. Hace poco se rumoreó que la segunda parte estaba en marcha... no llego a comprender cómo se podría hacer una continuación como tal, pero si consiguen hacer su "resurreción" mínimamente coherente, sin duda merecerá la pena.