Gracias al Festival de Cine Europeo de Sevilla puedo decir que:

Sagrado es el motor que nos mueve, nos conduce a soñar, a vivir, a olvidarnos de nuestros problemas, de quienes somos, a no entristecernos de forma real sino totalmente manipulada, a observar sin pestañear, a ver pasar multitud de imágenes sorprendentes y a la vez totalmente cotidianas.

Sagrado es el vehículo que nos transporta a esas emociones que de otro modo no viviríamos, que nos hace reflexionar sobre el bien, el mal, nuestras relaciones, nuestro pasado, nuestro tiempo.

Sagrado y a veces tan complejo, tan dificil de descrifrar, tan surreal.

Y quién vive dentro de ese vehículo sabe mejor que nadie lo dificil que es ser, ser uno mismo, ser ese yo, que a veces parece ficción. ¡Pero es tan divertido ser observado!, revivir para ser tantas cosas, para hacer a los demás los verdaderos protagonistas, para despertarlos del letargo y recibir de vuelta una respuesta en forma de dósis de belleza y reconocimiento.

Y así es esta película, interpretada indirectamente por cada uno de nosotros. Su éxito es la opinión de su público, su proyección es por y para los que lo ven y por tanto existe en la mente de cada espectador y puede ser tan obra maestra como repulsiva, así como las escenas que nos muestra que oscilan entre lo bello y lo bizarro.

La vida a veces anodina, los sueños siempre surrealistas. El cine, el arte de escapar.

Sagrado motor: inmortal, cambiante, eterno. Sorprendente y para nada indiferente primer contacto con la obra de ese director que hace llamarse "Leos Carax".

Leos Pelix.