Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Terror. Ciencia ficción Después de la huida del monstruo creado por el doctor Frankenstein (Colin Clavel), el siniestro Dr. Praetorius (Ernest Thesiger) propone al cientifico la creación de una compañera para el monstruo. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
160/13(26/10/14) Clásico imperecedero del terror, excelente secuela, ha creado como la primera Iconos del Séptimo Arte, como la Novia, con su moño cónico con rayos a los lados, y con sus peculiares chillidos. Tras el éxito de la primera, 4 años después repite equipo, mismo realizador, James Whale, mismo Dr. Frankenstein, Colin Clive y mismo Monstruo, Boris Karloff. Los guionistas cogen material de la novela de Mary Shelley "Frankenstein: or, The Modern Prometheus" (1818), que no tomaron en la primera, para hacer una versión libre de la historia. En esta se vuelve a profundizar en similar temática sobre las fronteras que no hay que rebasar en la ciencia intentando jugar a ser Dioses, además se aborda la soledad, la necesidad de compañía, el ostracismo social, la amistad o la lucha contra la muerte. Lo hace superando en belleza gótica a su antecesora, con alegorías visuales que han dado que hablar, con imaginería religiosa, necrófila y homosexual.

Whale en esta secuela ahonda en el drama del Mosntruo, lo humaniza, le da sentimientos, le hace hablar, incluso llora, pero cuanto más aprende menos le gusta lo que ve, será consciente del Monstruo que es y se odiará, sus reacciones violentas serán conscientes, no como en la primera. Aquí el Dr. Frankenstein se arrepiente de lo hecho, y entonces la cinta necesita un villano nuevo, y aquí aparece el formidable Dr. Pretorius, el nuevo “Doctor Loco”, un malvado sibilino, elegante, sutil, manipulador, maravillosa encarnación de Ernest Thesiger, un obseso de la recreación de vida. Esta cinta además posee un substrato más subliminal de sugerencias que la primera, dotando a la historia de más ambigüedad moral, de más complejidad, por ejemplo, el Monstruo comienza matando a una pareja en el molino, pero sin embargo a continuación salva a una pastorcita de morir ahogada. Los personajes están muy bien definidos, la historia fluye a un ritmo trepidante, quizás demasiado, no deja aposentarse lo que sucede, con destellos de suspense, intriga, horror, miedo, humor o romance.

Posee inicio atractivo y sugestivo, una cámara se acerca en tormentosa noche a una mansión (Villa Diodati-Suiza), nos adentramos por un ventanal, charlan Lord Byron, el poeta Percy B. Shelley y su amante Mary Shelley, Lord Byron loa a Mary por su “Frankenstein”, y esta les dice que su relato no ha terminado, Lord Byron la incita <Cuéntanos tus infiernos mientras el cielo brama>, ella se dispone a continuar su Homérico cuento de terror, antes Lord Byron nos refresca la memoria sobre lo antecedido con flashes de la primera parte, y Mary comienza <Una noche perfecta para el misterio y el horror, el aire mismo está lleno de monstruos> y Lord Byron remarca <Somos todo oídos. Mientras el cielo hace estallar la noche ahí fuera, ábrenos los abismos del infierno...>, vemos el molino de viento ardiendo y ya nos tiene enganchados la narración. Curioso que empiecen con Mary Shelley puesto que el film no es fiel al libro, pequeña licencia concedida.

La puesta en escena es aún más brillante que en la primera, con una gran dirección artística de Charles d. Hall (“Drácula” o “Sin novedad en el frente”), con un estupendo sentido gótico, con la mansión de Mary Shelley, con la mansión de Frankenstein, el dormitorio de Henry, con la celda en la que encierran al Monstruo, con la cripta, o con la torre y el laboratorio, esto fotografiado espléndidamente por John J. Mescall (“El Príncipe estudiante” 1925) en glorioso b/n, con un remarcado toque expresionista alemán, con tenebroso patinado, acentuando las sombras los claroscuros, con angulaciones, ejemplo la lúgubre escena del primer encuentro Pretorius y el Monstruo, picados, contrapicados, tomas que dan amplitud infinita, todo ello nos da una gran expresividad de decorados, canalizando sensaciones, a esto se añade algo no presente en la primera, música, la de Franz Waxman (“Capitanes intrépidos”), construyendo 3 temas leitmotiv, para el Monstruo, para Pretorius y para la Novia, con unas melodías adecuadas para imbuirnos del drama, Constantin Bakaleinikoff (“Encadenados”) con 22 músicos grabó la puntuación en una sola sesión de 9 horas.

No todo es redondo, hay desequilibrios, están sus toques de humor, sobre todo a cargo del personaje de Minnie (histriónica Una O´Connor), grotescos y chirriantes, así como la escena en que Pretorius enseña los homúnculos (humanos diminutos), al Dr. Frankenstein, me ha sido fuera de lugar, no se sabe que pintan ahí, que importancia tienen, descolocan, desvían la atención de lo primordial, es un número de fantasía mezclado con humor que cruje, parece como si tuvieran que meter los avances en f/x como fuera, aunque he leído que Mary Shelley hace referencia en la novela, aún así desafinan. Tampoco la subtrama entre Elizabeth y Henry tiene fuerza alguna, resultan más fríos que el hielo. Otras taras tienen que ver con el final, las cuento en spoiler, esto me implica que sea más una historia de momentos que de relato sólido, estas irregularidades la torpedean.

Conmovedor Boris Karloff con su evolución del personaje atormentado, con apariencia de Monstruo, pero que solo es un espejo donde se reflejan las verdaderas bestias, los humanos, aportando el actor sutil sensibilidad que hace nos duela lo que le pasa. Ernst Thesiger compone a un malo malísimo sibilino, sofisticado, mordaz, de sonrisa perversa, un hedonista retorcido y manipulador, movido por sus obsesiones. O.P. Heggie como el ciego dota a su breve rol de un tremendo encanto y empatía.

Momentos para recordar: La irreverente crucifixión sobre un palo del Monstruo, con un plano contrapicado inquietante; Cuando el Monstruo está en el calabozo, formidable el asiento que tiene y como se desata su furia volcánica; Cuando vagando por el bosque oye la hermosa música de violín del “Ave María” y sigue su melodía hasta una cabaña, allí un ciego ermitaño (gran O.P. Heggie), el ciego no le teme y lo toma por una bendición para remediar su soledad,… (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow