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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama. Romance París, siglo XVI. Esmeralda, una bella mujer gitana, canta y baila en un carnaval de mendigos, bajo la atenta mirada de tres hombres. Este encuentro marca un punto de inflexión en la vida de todos ellos. Gringoire, el idealista, pasa de ser un hombre de palabras a un hombre de acción cuando Esmeralda corre peligro. En la catedral, el sacerdote Dom Claude Frollo se acerca a la ventana, atraído por la voz de Esmeralda. Él, que ha dedicado ... [+]
17 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
402/13(16/08/21) Trivial adaptación televisiva (y se nota mucho) del clásico literario del romanticismo gótico “Nuestra señora de París” creado por el francés Victor Hugo en 1831. Dirigida de modo plano por un entre poco y nada inspirado Peter Medak, que adapta el guión insípido (y ya es complicado con el material de origen) de John Fasano (“Tombstone”), alterando varios aspectos del original, como el restar presencia al capitán de la guardia Phoebus, añadir una subtrama sobre los problemas del progreso enmarcado en la imprenta (analogía clara con el contexto actual donde también hay quien ataca el progreso por sus ‘toxícas’ consecuencias), esto deudor de la versión de 1939 de William Dieterle, donde el jerarca clerical Frollo está en contra de que el pueblo se ilustre y pueda tener ideas propias, y sobre todo variar el dramatismo del final cambiando aspectos cruciales.

Francia, 1505. Tanto el archidiácono Dom Frollo (Richard Harris) como el deforme campanero Quasimodo (Mandy Patinkin) observan desde la gran catedral de Notre Dame cómo la hermosa gitana Esmeralda (Salma Hayek) baila en una feria callejera. Pero mientras el jorobado se conmueve por su belleza, el piadoso Frollo está tan perturbado por su atracción que se flagela. Quasimodo acude en ayuda de Esmeralda cuando es atacada, solo para ser acusado él mismo de atacarla. Es azotado públicamente, a pesar de las protestas de Esmeralda, que desafía a la multitud que se burla para traer agua a Quasimodo. Visitado por el rey Luis (Nigel Terry) y su ministro principal Gauchere (Nickolas Grace), Frollo les muestra el "instrumento de Satanás" que ha tratado de reprimir: una imprenta.

Lo mejor de la película es la interpretación siniestramente brillante del irlandés Richard Harris como el sombrío Claude Frollo, inquietante, aterrador, con esa imagen tan de Max Schreck en “Nosferatu”, lo vemos sufrir por el deseo carnal, ser complejo que cree firmemente en sus ideas retrógradas, un Maquiavelo que cree que el Fin justifica los medios; Está notable Mandy Patinkin, al que no le hace nada bien un penoso maquillaje, donde el ojo falso resulta caricaturesco, que más parece el Fantasma de la Ópera que Quasimodo. Llama la atención la personalidad de Quasimodo, que además de su melancolía natural, tiene cultura de los libros (dice haber leído todos los de la biblioteca de la catedral), y a las campanas de la torre le ha puesto nombres de ilustres sabios. Además está muy bien en dos escenas, cuando derrocha alegría por ser Rey de los locos, y cuando habla íntimamente con Esmeralda, escondiendo la mitad de su rostro; También me ha gustado la escena en que alborozado enseña Esmeralda un espectáculo haciendo sonar las campanas saltando de una a otra de modo grácil.

Estando en el lado malo una Salma Hayek inane, nunca ha habido una Esmeralda más asexual que esta, carente de empatía, parece estar declamando lo que le dice el apuntador, sin química alguna con Patinkin, y eso que yo pensaba a priori que por su físico era ideal (mi gozo en un pozo). Añádase una escenografía frugal, donde me chirría que ni siquiera cuando Quasimodo se asoma desde la Torre de Notre Dame al vacío la cámara no enfoca esta sensación, como nunca vemos en las alturas al jorobado, todo muy pobre de ambientación. No hay la sensación épica que debería

La historia avanza a trompicones, apresuradamente, sintiendo que todo avanza porque sí, no entiendes casi nada de lo que desarrolla, pero la sigues, hay algo de violencia (los latigazos a Quasimodo, las flagelaciones de Frollo, o la tortura a Esmeralda, pero nada especial). Y llegamos al clímax que debería ser atronador, y queda reducido aun encadenado de secuencias un tanto empobrecidas, donde se alterna los factores del material literario de un modo condescendiente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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